Un regreso donde la mayor sorpresa anunciada era el regreso de una estrella que supera los tiempos, las épocas sociológicas, las modas y hasta sus propios olvidos...
Susana arrancó su megashow con nuevo coreógrafo: Darío Petruzzio luego del alejamiento de Marcelo Iripino, anunció miles de regalos florales, un cruz escriturable del 1900 regalo de Darío Villaruel y Bernarda Llorente, y tantas cortesías más. Ingresó Enrique Iglesias.... alguien lo esperaba??? Tenía algo nuevo que contar??? Canta bien???... bueno, prosigamos. Llegó Diego Maradona con un primer segmento de charla que parecía un programa deportivo donde la conductora prestaba atención a la "cucaracha" para tirarle "algún centro" al invitado. Lo más fuerte: cuando Maradona confesó que por las hijas hace 6 años que no consume cocaína ni ningún otra droga.
Lo mejor del regreso: un Ricardo Darín siempre interesante que logra fusionar talento, profesionalismo y timming televisivo, aún más cuando se encuentra con su ex mujer, actual amiga. La abuela de Antonio Gasalla fue lo más acertado como siempre: la empatía de ambos se mantiene vigente y logró los puntos de picos de rating de la emisión. Tocó todos los temas: la agresión de Mecha a la amante de su marido, los comentarios de Celia Sofovich a la salida de los Martín Fierro, el galardón a Verónica Lozano (actual pareja de Corcho Rodríguez)... Todo fue hablado en tono de humor y suspicacia, menos: los comentarios de Humberto Tortonese y Roberto Petinatto (fuera de tono y espacio) en los Martín Fierro, y la mención (casual?) de Mirtha Legrand al recibirla en el escenario haciendo alusión a su cadera operada.
Susana vuelve con lo más importante: Su presencia y sus ganas eternas de darle un respiro simpático a la teleaudiencia de las noticias y las peleas mediáticas.
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