lunes, 31 de mayo de 2010

EL ADIOS A UNA PERSONA DE PALABRA


Causa conmoción en las últimas horas la desaparición física de el productor Marcelo Montero. Realizador de muchos éxitos del teatro popular, Marcelo comenzó en su ciudad natal (Mar del Plata) como asistente de Quique Estevanez en los espectáculos taquilleros de Porcel y Luz en el teatro Provincial.

De allí empezó a sondear un medio que amaba y "honró". Esta última palabra se materializó en el trato humano a las figuras a su cargo, el pago puntual de los cachets y el cumplimiento de la palabra empeñada.

Hombre claro y sin reveses, tuvo algún traspié en un medio que no se caracteriza por la honestidad comercial, pero siempre regresaba a apostar por un nuevo proyecto. Siempre con algo en mente para armar grupos de trabajo en armonía.

En el último verano puso "su cuerpo" para crear de la nada: un teatro, una obra y una figura. Montero fue la llave de llegada de una persona a la que la vida le parece juego, por momentos. Además de alejarlo en un posible ardid de injurias y acusaciones falsas, le adeudaban una suma importante de dinero que le habían anticipado que no le cubrirían. Cinco episodios de desmayo en la temporada donde además de luchar contra las asperezas de un medio que no quería aceptar a la nueva figura, tuvo que tratar con una personalidad "inefable" que tomaba y cambiada de decisiones impredesiblemente.

Siempre es tarde para recordar a los honestos, y siempre es triste anunciar su partida. Siempre...

2 comentarios:

Karina dijo...

Marcelo Montero: es sinónimo de una persona maravillosa, de excelentes princios, quien tenia siempre en cuenta a la hora de trabajar, ofrecerle empleo a sus amigos, o los amigos de sus amigos. Cumpliendo con lo pactado y pagando hasta de más; así que quienes lo conocemos sabemos de lo incapaz que él seria de deberle nada a "nadie". Te vamos a extrañar más que mucho.

Anónimo dijo...

gracias marcelo por lo que nos diste. sergio.

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