Ella no sólo es la protagonista del nuevo filme del director iraní Abbas Kiarostami, también es la imagen oficial de este festival; y sus lágrimas se transformaron en el símbolo más contundente de un mundo artístico que llora el encarcelamiento de un creativo en Irán.
La luz con la que alumbra el número 63 en la fotografía del Cartel Oficial de Ca
nnes de este año parece opacarse. Una periodista acaba de confirmarles a los actores y al propio Kiarostami que el multipremiado cineasta Jafar Panahi, coterráneo de Abbas y detenido desde marzo por sus ideas contra el régimen iraní, ha decidido iniciar una huelga de hambre en prisión.
Así que Kiarostami quiso comenzar su encuentro con la prensa en el Festival de Cannes pidiendo la libertad de su colega y compatriota Jafar Panahi, encarcelado en Irán desde marzo pasado.
“No puedo entender cómo una película puede ser un delito y menos una película que todavía no se ha hecho.”
El semblante de Kiarostami se tornó más grave. Una periodista le preguntó al cineasta si no temía por su propia seguridad y en ese momento la actriz francesa Juliette Binoche, que lo acompañaba, se emocionó al punto de que no pudo evitar las lágrimas. Los fotógrafos no quisieron perder la ocasión y comenzaron a disparar sus cámaras, pero la actriz les indicó con un gesto de su mano que pararan. Las cámaras callaron.
La luz con la que alumbra el número 63 en la fotografía del Cartel Oficial de Ca
nnes de este año parece opacarse. Una periodista acaba de confirmarles a los actores y al propio Kiarostami que el multipremiado cineasta Jafar Panahi, coterráneo de Abbas y detenido desde marzo por sus ideas contra el régimen iraní, ha decidido iniciar una huelga de hambre en prisión.Así que Kiarostami quiso comenzar su encuentro con la prensa en el Festival de Cannes pidiendo la libertad de su colega y compatriota Jafar Panahi, encarcelado en Irán desde marzo pasado.
“No puedo entender cómo una película puede ser un delito y menos una película que todavía no se ha hecho.”
El semblante de Kiarostami se tornó más grave. Una periodista le preguntó al cineasta si no temía por su propia seguridad y en ese momento la actriz francesa Juliette Binoche, que lo acompañaba, se emocionó al punto de que no pudo evitar las lágrimas. Los fotógrafos no quisieron perder la ocasión y comenzaron a disparar sus cámaras, pero la actriz les indicó con un gesto de su mano que pararan. Las cámaras callaron.
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