Pocas veces uno se puede encontrar con un texto tan revelador que, despejando sombras, nos devuelva a la calle despues de la función: más livianos, llenos de amorosidad y plenos de la humanidad.
"El alma inmoral" es desafiante, incómoda e intensa. Ingredientes maravillosos para hacer del encuentro un hecho revolucionario (en el más genuino uso de esa palabra).
Lo correcto y lo bueno, la equivocación como motor de la evolución humana y el reconocimiento de la traición y la tradición como tensiones sanadoras y complementarias son algunas de las ideas brillantes que el rabino Nilton Bonder desarrolla a lo largo de un texto sencillamente esclarecedor. Breve , profundo y fresco como la grieta de un iceberg que nos deja pasmados de encanto.
La magia, las miradas, los silencios y el recorrido escénico es navegado por una indescriptible Luisa Kuliok que sabe como darle "valor" a cada palabra de una arquitectura retórica en donde lo espontáneo no es casual.
El agua, la madera, las telas y el hierro forman un enclave dispuesto por la directora Lía Jelín para que acompañen el sinfin de desplazamientos de la protagonista justificados por el ritmo que confió al espectáculo.
Una experiencia necesaria para recordarnos que nuestra condición humana no es esa imagen disciplinada, sometida y apocada que desean que creamos... es mucho más. Transgresora, sabia, sutil, y principalmente "libre".
De viernes a domingo en el Teatro Payro, San Martín y Córdoba, 21 hs.
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